sábado, 13 de febrero de 2016

CARTAS A MILUNA (inspiración de san valentín)


Carta 1ª


Querida Miluna;



Hoy por fin ha salido el sol tras largos días de cielos nublados y ambiente húmedo. He galopado largas horas por La Ruta de los Caídos, mi corcel plateado está muy contento con las zanahorias de Aldea Bener, lo noto porque galopa felizmente sin temer ningún peligro. Los aldeanos me dijeron que la Ruta de los Caídos era de las más peligrosas, pero la Primavera debe de haber sellado a esos muertos vivientes entre césped y flores. Han pasado un par de horas y no me he encontrado ningún enemigo, en cierto modo lo agradezco, aunque Jara, mi espada, parece estar bastante necesitada de combate, lo siento en mis manos.



El Cementerio de los Exiliados me pone la piel de gallina, todas esas tumbas rotas y estatuas de criaturas demoníacas agrietadas parecen haber salido de algún cuento de hoguera. Solo deseo poder terminar con todo esto pronto y volver a reunirme contigo, Miluna. Añoro el color carmesí de tu cabello, el florecer de tus pecas y la intensidad gris de tus ojos. Te extraño tanto que no puedo dejarme derrotar ante la idea de que, si fallo, no te volveré a ver nunca.


Susurros crepitantes surgen bajo el suelo, cuando las puertas del cementerio se cierran ante mí. Plata, mi caballo, no tiene miedo, no sale despavorido. Jara resplandece bajo los intensos rayos del sol mientras las primeras manos de esqueletos ayudan a levantar el cuerpo de sus dueños. No puedo perder el tiempo con estas criaturas del inframundo, no puedo permitir que sus espíritus no puedan descansar. Empiezo a soltar golpes en vano, pues por mucho que rompa sus huesos estos siguen moviéndose y reconstruyéndose. Plata pisotea sus delgados cuerpos mientras sus mandíbulas chasquean furiosas. Los sabios los llaman Caídos Malditos, yo les apodo los Chasqueadores. El sonido de sus chasquidos es ensordecedor y tétrico, el movimiento de sus huesos carecen de alma, de vida.


Rompo más huesos de lo que jamás pude imaginar, pateo más cráneos de lo que alguna vez soñé, y solo me responden con más y más enemigos. Parecen débiles, pero su número va aumentando y eso provoca que mi vida corra peligro. Algunos lanzan sus armas oxidadas, otros se acercan amenazantes y el resto,... el resto solo chasquea sus dientes. Para mí sorpresa, los esqueletos que destruyo se unen para formar uno más grande. La estética les da igual: tres brazos, dos cabezas, una pierna... les da igual contar de ser un gran enemigo. No dispongo de magia, ni siquiera creo en ella. Los antiguos escribieron en los tratados sobre un gran poder, un poder capaz de mover las montañas, los cielos, un poder capaz de convertirte en un dios.


Plata hace todo lo que puede, azota a los enemigos con sus cascos. Jala se esfuerza al máximo para protegerme. Pero el cansancio empieza a hacerse efectivo en mí, y los enemigos no parecen querer bajar el ritmo. Me siento estúpido al pensar más allá del combate, porque siempre hay opciones, solo hay que saber buscarlas.


Y no es hasta que veo mi vida peligrar, cuando pienso que no te veré nunca más, cuando encuentro la forma de abrir la puerta del cementerio. Cojo una de las manos de mi enemigo, introduzco su dedo índice esquelético y lo utilizo de ganzúa. Así como lo lees, un dedo de hueso como ganzúa.


Galopo sobre Plata durante largas horas, consiguiendo salir del Cementerio de los Exiliados, siguiendo a través de la Ruta de los Caídos. Aun me quedan varios días de arduo camino, espero que los enemigos sean fáciles, que el camino se haga rápido. No puedo esperar a terminar con todo esto y cogerte en brazos.


Siempre tuyo, Yk.






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Un viaje en autobus, una ruta hacia el ocio, unos minutos en la ducha, un momento de relajación, un sueño, una pesadilla. Todo se junta para crear, todo se crea para intentar ser real. De la hoja de papel al ordenador. Del ordenador al lector. Del lector a los sueños.


Espero que os guste este pequeño proyecto que se me ocurrió en un día de San valentín. A todos esos enamorados ¡FELIZ DÍA! Y a los que no ¡FELIZ DÍA!


Atentamente, Pebol Sánchez, un escritor Novato

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